Enrique, un personaje muy sociable, es todo lo contrario a su amigo Beto que es serio y responsable. Como siempre, él es increíble al explicar cosas, pero algunas veces se pasa de listo. Enrique habla consigo mismo cuando está en aprietos y a menudo es víctima de sus propias bromas, sin embargo, su desenfado con el que hace frente a sus éxitos y fracasos lo hacen uno de los personajes más recordados y gustados de Plaza Sésamo.