Esta especie de ratón humanizado fue creado durante un viaje en tren que Disney realizaba con Lillian, su esposa, de California a Nueva York. Esos días, el joven Walt estaba irritado: había descubierto que una pequeña cláusula de su contrato le privaba de los derechos de autor de su primer éxito: Oswald, el conejo de la suerte, un monigote inspirado en los tebeos en blanco y negro de la época, con la cara blanca, el cuerpo negro, pantalones cortos, guantes y zapatos amplios. Oswald y Mickey sólo se diferenciaban en las orejas, el rabo y el morro. Era evidente que el hábil Disney se calcó a sí mismo. Su venganza estaba servida.
El primer impulso de Walt fue llamar a su ratoncito Mortimer, nombre que a su esposa le pareció demasiado pretencioso, y le sugirió el más cercano de Mickey.
El primer impulso de Walt fue llamar a su ratoncito Mortimer, nombre que a su esposa le pareció demasiado pretencioso, y le sugirió el más cercano de Mickey.